jueves, 14 de enero de 2016

Te extrañaremos Alan Rickman. Siempre


Siendo la cara de uno de los personajes más odiado y amado de la historia del cine, Alan Rickman muere hoy a causa de cáncer. El que sería siempre recordado como el serio y antagónico profesor Severus Snape en las adaptaciones cinematográficas de Harry Potter deja así, un vacio en los corazones de muchos amantes del cine y en especial del fandom de Potterico. Su vida llena de logros cinematográficos y aclamaciones de la crítica conquistaría a grandes y chicos con su enigmática presencia y penetrante personalidad.

Alan Rickman nació en Acton, Londres como el segundo hijo de una familia de clase trabajadora. El estudiaría diseño gráfico en el Colegio de Arte y Diseño de Chelsea y luego en el Royal College of Art y tendría su primer trabajo como diseñador gráfico en el periódico Notting Hill Herald. Pero luego, decidió que si quería perseguir la carrera de drama, a la que había incursionado en producciones teatrales de niño, era ahora o nunca, así que escribió a la prestigiosa Royal Academy of Dramatic Art (RADA), donde fue aceptado y estuvo desde 1972 a 1974. Luego de graduarse en la RADA estuvo en varias producciones teatrales y en 1985 fue elegido como el protagonista de Les Liaisons Dangereuses, El Vizconde de Velmont, por el que se gano un Tony Award y Drama Desk Award cuando la producción se traslado a Broadway en 1987.

Lograría gran notoriedad mundial al interpretar al malvado, Hans Gruber, en la película Duro de Matar; así como otros grandes producciones cinematográficas como el Coronel Brandon en Sentido y Sensibilidad; Jamie en Truly, Madly, Deeply; el villano Sheriff de Nottingham en Robin Hood: Príncipe de los Ladrones; Rasputín en la producción de HBO, Rasputín, por el que ganaría un Globo de Oro y un Emmy; sería el malvado Juez Turpin en Sweeney Todd; Harry en Love Actually, entre muchas otras.


Pero sería como Severus Snape que lograría conquistar los corazones del mundo entero, desde lo más chicos fanáticos de la saga de libros creada por la autora J. K. Rowling, hasta lo más grandes que se dejaron cautivar por la historia. Este personaje sería tolerado durante los primeros 4 libros, reímos con él durante el quinto, lo odiaríamos hasta la muerte en el sexto pero se reivindicaría de forma extraordinaria en el último. Pero así como muchos de sus colegas han hablado desde su partida, Alan sería un profesional al traer a la vida al icónico Snape, mientras que su sonrisa y generosidad fuera de pantalla lograría que sus más pequeños colegas vieran en él un ejemplo de perseverancia, excelencia y dedicación en el mundo profesional del que apenas se estaban formando. 

Para los demás, Alan Rickman es un icono en nuestras vidas, es un ejemplo que nunca es tarde para seguir nuestros sueños. Pero más importante, que siempre hay que ser generoso, agradable, perseverante, amable, divertido, ser buen amigo, y valorar lo que tenemos en nuestras vidas. Alan logró hacer lo que siempre soñó lograr, un actor, pero no por llegar a Hollywood, sino por el arte en sí mismo.

Alcemos nuestras varitas al cielo e iluminemos el camino de Alan Rickman a reunirse con los grandes del cine que también nos han dejado. Eternamente lo recordaremos. Después de todo este tiempo. Siempre.

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