lunes, 9 de noviembre de 2015

Hedy Lamarr, inteligencia y belleza en un paquete completo


Por: Giovana Arévalo

“Cualquier chica puede ser glamorosa. Lo único que tienes que hacer es quedarte quieta y parecer estúpida”. – Hedy Lamarr

Muchos consideran que para ser hermosa, tener estilo y la atención de los chicos hay que parecer estúpida y esconder cualquier vestigio de inteligencia que la mujer pudiera poseer. Sin embargo, la mismísima dama considerada como la más hermosa de la historia del cine nos prueba que es todo una vil mentira. Y es que Hedy Lamarr no sólo fue una de las más notorias actrices de los años 40 en Hollywood sino que es la precursora de lo que conocemos hoy como el WiFi.

Puede parecer algo surrealista el que una de las actrices más famosas y hermosas de la industria pudiera originar el invento con el que las nuevas generaciones casi no podemos vivir pero su vida, para nada sencilla, quizás le moldeo para lograrlo. Pues no lo tuvo fácil desde el principio, teniendo en cuenta que era una judía originaria de Austria durante la II Guerra Mundial. Además de encontrarse bajo el yugo de un marido celoso que sólo la quiso por su belleza y que tuvo los nervios de concertar un matrimonio arreglado porque la vio en una película. 

Desde muy temprana edad Hedy fue considerada por sus maestros como superdotada, y comenzó la carrera de ingeniería a los 16, pero luego de 3 años de estudio, decidió dejarla para irse por la actuación. No obstante, el episodio de su vida con su marido, magnate de la industria armamentista, que además proveía de armas a Adolfo Hitler y Benito Mussolini, le hizo reencaminar su vida a la ingeniera. Para sus años de apogeo en el cine, también ayudó al Gobierno de Estados Unidos, que le había dado refugio al huir de su esposo, contándole todo  lo que sabía sobre las armas que esté vendía a los enemigos. 

Pero su trabajo más importante ha perdurado hasta la actualidad siendo una “versión temprana del salto en frecuencia (una técnica de modulación de señales en espectro expandido) usaba un par de tambores perforados y sincronizados (a modo de pianola) para cambiar entre 88 frecuencias y se diseñó para construir torpedos teledirigidos por radio que no pudieran detectar los enemigos”. 

En la década de los 80 este invento fue integrado a las telecomunicaciones cuando la explosión de la tecnología digital permitió que se desarrollara el WiFi. Hoy en día se celebra el 9 de noviembre como el día del inventor en su honor y todos debemos darles las gracias a Hedy no sólo por su gran aportación a la era digital sino también por enseñarnos que no importa lo difícil que pueda ser nuestra vida siempre se puede utilizar el ingenio para salir de los problemas. Además, de demostrarnos que la belleza y la inteligencia pueden ir de la mano sin problema alguno.

0 comentarios:

Publicar un comentario